A través de su trabajo, el psicólogo social Jonathan Haidt descubrió que “la mayoría de los padres desean que las aplicaciones de redes sociales no existieran”.
“Mi más reciente en @nytimes: La mayoría de los padres desearían que sus hijos crecieran en un mundo sin redes sociales, expresando el mismo nivel de arrepentimiento que por el alcohol y las armas,” Haidt escribió en Instagram.
“En el artículo (y en el libro) explico cómo en los primeros días del IPHONE y las redes sociales, todos éramos tecno-optimistas: pensábamos que toda la tecnología era buena, todo el tiempo, y que adoptarla por completo haría a nuestros hijos más inteligentes y exitosos en todos los aspectos de la vida,” explicó el psicólogo. “No resultó así, y los padres de todo el mundo están viendo los efectos de 9 horas al día frente a las pantallas en sus hijos.”
En el artículo, describió los sentimientos de los padres de “atrapamiento y arrepentimiento” después de dar a sus hijos acceso a teléfonos inteligentes y redes sociales a una edad temprana.
“…muchos desean que las redes sociales nunca se hubieran inventado, y de forma abrumadora apoyan nuevas normas y políticas sociales que protegerían a los niños de los daños en línea,” dijo.
Haidt explora el impacto de las redes sociales en su libro The Anxious Generation:
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Los teléfonos inteligentes y las redes sociales impactan en todos los aspectos de la vida de niños y adolescentes, desde “la privación del sueño hasta la fragmentación de la atención, la adicción, la soledad, el contagio social, la comparación social y el perfeccionismo”.
Pero la esperanza no está perdida para la próxima generación. A través de su trabajo, Haidt busca “recuperar la infancia en el mundo real” animando a los padres a adoptar cuatro nuevas normas:
- No teléfonos inteligentes antes de la escuela secundaria.
- No redes sociales antes de los 16.
- Escuelas sin teléfonos.
- Más independencia, juego libre y responsabilidad en el mundo real.
“Cada norma ayuda a padres y adolescentes a escapar de la trampa social en la que se encuentran,” explica el sitio web Anxious Generation de Haidt. “Ningún adolescente quiere ser el único que no tiene un teléfono inteligente y redes sociales, y ningún padre quiere aislar socialmente a su hijo. Estas cuatro normas ayudan a las familias a escapar de la trampa y a revertir los dos grandes errores (bien intencionados) que hemos cometido: sobreproteger a los niños en el mundo real y subprotegerlos en línea.”
Para los padres que desean que las redes sociales nunca se hubieran inventado, las normas de Haidt podrían ser la clave para devolver a sus hijos su infancia, sin la gratificación instantánea y los subidones de dopamina de las redes sociales.
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