Muchos padres están preocupados por la adicción de sus hijos a las pantallas, y los más adinerados incluso están pagando $8,000 al mes para enviarlos a campamentos de desintoxicación.
“Los padres comparan la gestión de la tecnología de sus hijos con tener un segundo trabajo a tiempo completo”, dijo el psicólogo social Jonathan Haidt el 20 de noviembre. “Están enviando a sus hijos a campamentos de desintoxicación de $8,000/mes. Esto demuestra lo abrumados que están los padres y lo poco que las empresas tecnológicas y la sociedad están haciendo para apoyarlos. “
Reset Summer Camp permite a los adolescentes pasar cuatro semanas en residencias universitarias sin dispositivos. El campamento está en California, Carolina del Norte y Quebec, Canadá. Reset también tiene un campamento para adultos.
“El campamento trata sobre el descanso, el juego y la creación de un espacio para reconectar con la tierra, los demás y nosotros mismos”, dijo el orador público Jeff Harry.
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“La crianza en US ya es mucho más intensiva y práctica de lo que era en generaciones anteriores”, continuó. “Esta labor añadida y continua de preocuparse, estar al tanto y gestionar la tecnología de su hijo es completamente agotadora, sin un final a la vista. Por cansados que estemos, hay pasos que podemos tomar para responsabilizar a las empresas tecnológicas.”
Haidt, el autor de The Anxious Generation, tiene la misión de establecer nuevas normas sociales que protejan a los niños y adolescentes de las pantallas.
“Así como vemos a un adolescente fumando como algo anticuado y dañino, un día veremos a un preadolescente con un teléfono inteligente como algo pintoresco que hemos superado como sociedad, porque ahora sabemos más”, dijo con optimismo.
Las “nuevas normas” que quiere ver son: no usar teléfonos inteligentes antes de la escuela secundaria, no usar redes sociales antes de los 16 años, escuelas sin teléfonos y un aumento de la independencia, el juego libre y la responsabilidad entre los niños.
Pero los padres tienen que dar el ejemplo. Muchos padres intentan mantener a sus hijos alejados de sus dispositivos, pero a menudo están pegados a sus propios teléfonos.
Slate señala que los niños cuyos padres están pegados a una pantalla pueden mostrar una menor inteligencia emocional. Los niños aprenden inteligencia emocional observando a quienes los rodean. Si gran parte de su exposición es a cuidadores inexpresivos cuyos ojos están pegados a los dispositivos, no se desarrollan como deberían. El uso del teléfono por parte de los padres también puede hacer que los niños se sientan solos, aislados y deprimidos.
Eileen Kennedy-Moore, psicóloga clínica, dijo: “Lo que queremos lograr es la capacidad de respuesta. Cuando nuestros hijos intentan llamar nuestra atención, ¿nos volvemos hacia ellos más a menudo que nos alejamos?”
Si su hijo es adicto a las pantallas, no tiene que enviarlo a un campamento de desintoxicación, pero puede buscar asesoramiento sobre el uso de pantallas y empezar por establecer algunos límites. No usar pantallas en la mesa o a la hora de acostarse es un buen comienzo.
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