Sabemos que el tiempo frente a la pantalla no es bueno para los niños, pero ¿les está afectando espiritualmente? Una experta dice que sí.
En una entrevista en el “Granger Smith Podcast”, Clare Morell, autora de The Tech Exit, reveló los peligros físicos y espirituales del tiempo frente a la pantalla.
“La cantidad de dopamina es increíblemente adictiva, por lo que ningún límite de tiempo de pantalla es suficiente”, dijo Morell. “Creo que cualquier padre que haya intentado este enfoque te dirá que es una batalla constante porque el niño siempre quiere más, y es porque la dopamina liberada por las características interactivas de la pantalla —las notificaciones, los ‘me gusta’, los nuevos tokens en el juego— todo esto provoca una respuesta en el cerebro que hace que un niño quiera más y más y más”.
Compartió que incluso una pequeña cantidad de tiempo frente a la pantalla es perjudicial porque los niños siguen viviendo en ese mundo incluso después de guardar los dispositivos.
“… incluso una pequeña cantidad de tiempo significa que incluso después de que el niño ya no esté frente a la pantalla o la aplicación, vivirá en ese mundo virtual mucho después de abandonarlo”, dijo. “Crea un anhelo tan fuerte, y por eso quiero que los padres pongan las pantallas más en la categoría de una droga altamente adictiva.”
Para la mayoría, esta información no es nueva; muchos padres son conscientes de los peligros de las pantallas y hacen lo que pueden para limitarlas. Pero Morell dice que también plantean riesgos espirituales.
“Para los padres cristianos especialmente, trato de explicar, por ejemplo, que la tecnología no es neutral. Incluso si crees que estás controlando el contenido en la pantalla o los límites de tiempo… el modo de la tecnología en sí [es perjudicial] por lo altamente individualizada que es”.
Añadió: “Todo su propósito es solo el entretenimiento y la diversión constantes. Le comunica a un niño que la vida se trata solo de ellos”.
El tiempo frente a la pantalla puede animar a los niños a poner sus deseos antes que los de cualquier otra persona o cosa.
“Como padres cristianos, mis mayores objetivos para mis hijos son que amen y conozcan a Dios y que amen a los demás… esos son los dos grandes mandamientos”, enfatizó Morell.
Marcos 12:30-31 dice: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” El segundo es este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento más grande que estos.”
Morell añadió: “La naturaleza de la tecnología en sí misma simplemente enseña a los niños que la vida es para el entretenimiento; es para su propio placer. No es para el servicio a Dios o el servicio a los demás, y es simplemente una tecnología inherentemente egocéntrica”.
Si tu hijo lucha con una adicción a la pantalla, no pierdas la esperanza. Morell animó: “Nunca es demasiado tarde para cambiar y hacer una modificación”.
Sugiere comenzar con una desintoxicación digital de 30 días este verano. “Eso significa no usar teléfonos inteligentes, no usar iPads u otras tabletas, no usar videojuegos, no usar redes sociales y no ver televisión (excepto películas familiares)”, escribió Morell.
“Nunca es demasiado tarde para reiniciar la relación de tu hijo con las pantallas”, añadió. “Y el verano, con su clima cálido, más opciones para actividades al aire libre y, para muchos, sin pantallas requeridas por la escuela, es el momento perfecto para empezar.”
Los padres pueden reducir y hacer cambios positivos hoy para limitar las pantallas y fomentar un estilo de vida piadoso y desinteresado para sus hijos.
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