En una sociedad que ve el placer como el objetivo final, Kirk Cameron recordó a sus fans que el sufrimiento es parte del plan del Señor para prepararnos para el cielo.
“Si mides el amor de Dios por lo fácil que se siente tu vida, entonces empezarás a pensar que Él no te ama. Si mides la fidelidad de Dios por la cantidad de decepción o dolor que has tenido que soportar en tu vida, comenzarás a cuestionar si Dios es fiel en absoluto. Aquí está el punto clave: Sufrirás en esta vida. Y no es porque el plan de Dios haya fallado. No es porque Él no nos ame, sino porque nuestro sufrimiento es en realidad una parte esencial del buen plan de Dios para ti y para mí”, Cameron explicó.
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“Verás, lo que más le importa a Dios [en tu vida] es tu santidad”, continuó. “Eso es más precioso para Dios que tu felicidad temporal. Dios no anhela un subidón emocional rápido para nosotros. Él busca nuestra gratitud y alegría eternas”.
Cameron añadió: “Por eso Dios no está interesado en aprobar mi pequeña lista de deseos y comodidades. Dios no se ha comprometido a hacer mi vida entre el día en que fui salvo y el día en que llegue al cielo lo más tranquila posible… El camino de la fe es la preparación para el destino glorioso final que está garantizado para cada hijo genuino de Dios… Vivimos en un mundo donde la gracia de Dios nos está preparando a través de pruebas, a través de decepciones, a través del desamor, a través del dolor, incluso del sufrimiento, para la vida eterna, el hogar eterno que nos espera”.
Aunque este es un mensaje difícil de creer, especialmente durante estos tiempos de adversidad, la Biblia respalda estas afirmaciones. Los cristianos no necesitan ir más allá de Jesús para ver que Dios usa el dolor y el sufrimiento para bien, y que a veces es parte de Su plan. Jesús sufrió inmensamente antes de Su muerte, soportando horas de tortura de los romanos antes de ser colgado en la cruz. Ese sufrimiento, sin embargo, llevó a la redención de la humanidad, ya que nuestros pecados fueron perdonados por Su muerte y resurrección.
Al mismo tiempo, el Señor también entiende que, en medio del dolor y el sufrimiento mundano, puede ser difícil confiar en Su plan. Jesús incluso pidió, “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”. Y mientras colgaba en la cruz, Jesús exclamó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Aunque el Señor entiende las dificultades de enfrentar pruebas y sufrimiento, los cristianos deben confiar en que Dios es fiel y que Él verdaderamente usa todas las cosas para Su bien. Es solo con esta perspectiva que podemos soportar nuestras pruebas y salir con una fe más fuerte, en lugar de una que se tambalea cada vez que las cosas no salen como queremos.
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