Ron Howard reveló que había sido una estrella de televisión durante años antes de verse a sí mismo en THE ANDY GRIFFITH SHOW porque todos los proyectos en los que trabajó se emitían después de su hora de acostarse.
“En el momento en que hice este programa, no creo haberme visto nunca en televisión, porque mi hora de acostarse era antes de que comenzaran los programas”, Howard dijo hablando de cuando tenía 5 años y ya había aparecido en programas como THE TWILIGHT ZONE y DENNIS THE MENACE.
A medida que THE ANDY GRIFFITH SHOW comenzó a ganar popularidad, sus padres hicieron una excepción para permitirle ver su papel como Opie.
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“Empecé a tener permiso para quedarme despierto y ver THE ANDY GRIFFITH SHOW, que creo que se emitía a las 8:30 o algo así”, recordó Howard. “No fue hasta mucho más tarde que empecé a comprender el impacto que el programa tenía en las audiencias.”
THE ANDY GRIFFITH SHOW sigue siendo uno de los programas más queridos y valorados de toda la historia de la televisión. Gran parte de la razón por la que se mantiene 65 años después es porque los personajes fueron escritos para ser realistas y tener fortalezas y debilidades, en lugar de ser solo caricaturas como muchos programas contemporáneos de hoy.
“[El programa era] el tipo de comedia que me gusta, donde un minuto te estás riendo y al siguiente tienes una lágrima en el ojo o un pequeño nudo en la garganta”, explicó Betty Lynn, quien interpretó a la novia de Barney durante mucho tiempo.
Andy Griffith también tenía una fuerte fe cristiana, lo que ayudó a que el programa estuviera libre de contenido cuestionable y fuera accesible para audiencias de todas las edades. La fe de Griffith también fue imperativa más tarde en su vida cuando luchó contra el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno nervioso extremadamente doloroso.
“Mientras luchaba por recuperarme del Guillain-Barré, nunca dejé de agradecer a Dios por la ayuda que me había brindado a través del Dr. Rosengarten, pero especialmente a través de Cindi”, Griffith escribió en un artículo de 1996. “El Guillain-Barré me ha dejado con dolor permanente en ambos pies, pero como un invitado no deseado, no es tan malo cuando dejo de prestarle atención.”
“Los desafíos y el dolor continuarán toda mi vida, lo sé, pero con Cindi a mi lado para recordarme que acepte la gracia de Dios, seguiré adelante y continuaré trabajando con amor y felicidad”, añadió.
Mientras THE ANDY GRIFFITH SHOW sigue disfrutando de un legado asombroso, es divertido recordar cómo el programa impactó a quienes trabajaron en él.
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