El oficial experto en seguridad digital David Gomez dice que los niños realmente no necesitan teléfonos, a pesar de lo que algunos padres piensan.
“Aconsejo encarecidamente a todos los padres que esperen hasta que su hijo tenga al menos 13 años (16 es mejor) antes de dejarle tener un teléfono inteligente”, dijo Gomez en su página de Facebook el 13 de julio. “Una de las excusas más populares que tienen los padres para ignorar este consejo es que su hijo está solo en casa después de la escuela y necesita el teléfono inteligente para conectarse con los padres si ocurre algo imprevisto”.
Él explicó, “Por razones de seguridad, el padre le está dando a un niño de 10 años acceso a miles de depredadores locales, pornografía ilimitada, desensibilización sexual, la posibilidad de trata de personas y muchos más peligros invisibles de los teléfonos inteligentes”.
Argumentó que no tiene sentido proporcionar a un niño muchas vías hacia el peligro cuando solo se tiene una buena razón.
“Muchas otras opciones más seguras están disponibles para que su hijo esté seguro después de la escuela”, dijo. “Buenas alternativas a los teléfonos inteligentes: Alexa, teléfonos fijos, teléfono inalámbrico Gabb, Troomi, reloj Gizmo, reloj TilkTalk, reloj Gabb, teléfono Pinwheel, Light phone, Bark phone, reloj Garmin Bounce, Wise phone, NO phone, y algunos que seguramente se me escapan”.
Los teléfonos plegables a la antigua y el Fitbit Ace, que permite enviar mensajes de texto y hablar, son un par de opciones más.
“Mis hijos tocan nuestro timbre Ring si necesitan algo”, comentó un padre en la publicación de Gomez.
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El grupo de Seguridad Digital Be ScreenStrong informa que la razón número 1 por la que los padres dan un teléfono a sus hijos es la falta de educación sobre la ciencia y los riesgos. La segunda razón es la presión cultural.
Los padres tampoco usan sus teléfonos de la misma manera que los niños y, a veces, no logran comprender cómo y por qué sus hijos usarán un teléfono, y con qué frecuencia. Lo más importante es que no siempre sopesan las consecuencias y los riesgos de seguridad.
Actualmente, existe una mayor conciencia sobre los peligros que presentan los teléfonos inteligentes en las aulas. Además de las preocupaciones de seguridad que presenta Gomez, los niños están más distraídos, obtienen peores calificaciones y los maestros tienen que luchar por su atención. Todos los estados han implementado o investigado políticas a partir de este año.
El Institute for Family Studies sugiere que los padres retrasen la entrega de un teléfono móvil a sus hijos el mayor tiempo posible y hablen con ellos sobre el miedo a perderse algo.
Los beneficios de no tener un teléfono inteligente superan con creces los riesgos de tener uno. Los niños pueden sentirse excluidos, pero estarán más seguros y tendrán un mejor desarrollo como resultado.
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