El casino de bolsillo de tu hijo lo está arruinando

A medida que más y más hombres jóvenes recurren a las apuestas deportivas, dos profesores de Cedarville University hacen sonar las alarmas.

El Dr. Jared A. Pincin, profesor asociado de economía, y el Col. Greg Thompson, profesor de justicia criminal y oficial retirado del U.S. Air Force Judge Advocate General (JAG), afirman que el juego conlleva demasiados riesgos.

Crosswalk informó que el 95% de las apuestas se realizan en línea. Una encuesta realizada por el Siena College Research Institute y St. Bonaventure University muestra que el 22% de los adultos de U.S. y el 48% de los hombres de 18 a 49 años tienen una cuenta en al menos una casa de apuestas deportivas.

Esa misma encuesta encontró que el 52% de los jugadores han “perseguido” una apuesta y apostado más para intentar recuperar una pérdida. Algunos (20%) han apostado tanto que han tenido problemas para cumplir con sus obligaciones financieras.

Y las cosas podrían empeorar. La NCAA está considerando permitir que los atletas universitarios apuesten legalmente en eventos deportivos profesionales.

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“Todos tienen acceso a un casino en su bolsillo”, Thompson suele decir a sus estudiantes.

Las empresas de apuestas utilizan “prácticas predatorias” para mantener a los usuarios apostando. Las promociones que ofrecen dinero “gratis” — desde $5 hasta $250 — y apuestas de “victoria fácil” generan una confianza falsa y fomentan pérdidas continuas.

“Estas empresas ganan dinero solo cuando el jugador pierde el suyo”, Thompson dijo. “No les preocupa el bienestar de sus clientes. La oscura realidad es que el juego es muy adictivo y puede llevar a la bancarrota a las personas, tensar los matrimonios y destruir futuros”.

“Los gobiernos estatales también se benefician, llevándose su parte de las ganancias”, añadió. “El acceso regulado especializado a este mercado se intercambia por una porción de las ganancias”.

Pincin, quien ha sido coautor de artículos académicos y editoriales sobre los desafíos económicos y éticos del juego, dice que las aplicaciones deportivas se han convertido en gamificación.

“Estas aplicaciones parecen y se sienten como juegos móviles, difuminando la línea entre el entretenimiento y el riesgo financiero. Enganchan a usuarios más jóvenes, aquellos que tienden a asumir más riesgos”, dijo.

“Mi mayor preocupación es que las apuestas deportivas puedan hacer que los estudiantes no puedan continuar con su educación”, Thompson dijo. “Hay un impacto futuro — y un impacto espiritual — que puede alterar el curso de la vida de una persona joven”.

Pincin añadió, “El juego se aprovecha de nuestro deseo de ganancia rápida y nos distrae de confiar en la provisión de Dios”.

Thompson cree que el juego debería ser tratado como un producto peligroso, como los cigarrillos y el tabaco.

“Todos saben que no se debe fumar porque es malo para la salud y causa cáncer de pulmón”, dijo.

A medida que crece esta epidemia de apuestas deportivas, los hombres jóvenes deben darse cuenta de que el juego no tiene valor. Les roba tiempo, energía y finanzas. Hay recursos disponibles a través de Gambling Therapy, Gamble Aware, Game Quitters y las iglesias.

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