Forrest Frank explicó por qué ya no asistirá a las ceremonias de premios, lo que provocó una conversación entre artistas cristianos sobre cuánto deberían beneficiarse de su fama.
“Para los cristianos, es difícil saber dónde está la línea divisoria entre estar en el mundo y no ser del mundo. Y como artista cristiano, sabes, me visto un poco como el mundo. Me veo un poco como el mundo. Mi música puede sonar un poco como el mundo. Entonces, ¿dónde está trazada la línea divisoria? Y estoy convencido… personalmente de que una línea que puedo trazar es esta: No recibiré un trofeo por algo que es de Jesús y para Jesús”, Frank dijo.
“Siento una convicción de ir incluso un paso más allá y decir, no sé si siquiera quiero pisar el escenario. No sé si siquiera quiero entrar en la sala. Y así, he decidido adoptar una postura de no participación”, añadió. “No asistiré a los Doves ni a los Grammys. Espero ser un ejemplo para la juventud de que el trofeo es nuestra salvación. El trofeo es que mi nombre está en el Libro de la Vida y yo tendré vida eterna. ¿De qué sirve un pedazo de metal comparado con eso?”
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La postura de Frank es muy interesante y plantea una pregunta aún más profunda para los artistas cristianos sobre si deberían recibir alguna compensación por su trabajo, o si su recompensa debería ser saber que están acercando a otros a Cristo.
“Esta es una perspectiva interesante — me gusta”, Jelly Roll dijo en los comentarios del video de Frank. “¿Cómo crees que esto se compara con el hecho de lucrarse de la misma música? Me encanta que hayas dicho: ‘No quiero recibir un trofeo por algo que es de Jesús para Jesús’, lo cual es asombroso, pero también ganar MILLIONS de dólares haciendo lo mismo que es de Jesús para Jesús.”
Esta pregunta es poderosa, dado que encontrar el éxito en la industria del entretenimiento también conlleva acceso a recursos inmensos, a menudo incluyendo riqueza. La respuesta a estas preguntas se encuentra en la Biblia.
“¿No sabéis que en una carrera todos los corredores corren, pero solo uno obtiene el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que compite en los juegos se somete a un entrenamiento estricto. Lo hacen para obtener una corona que no durará, pero nosotros lo hacemos para obtener una corona que durará para siempre. Por tanto, yo no corro sin rumbo fijo; no peleo como un boxeador que golpea el aire”, Pablo escribe en 1 Corintios 9:24-26.
Así, los artistas cristianos necesitan examinar sus corazones y considerar por qué hacen lo que hacen.
Si es para hacer avanzar el reino en primer lugar, entonces pueden disfrutar de los frutos secundarios de su trabajo siempre y cuando no aparten sus ojos del Señor. Sin embargo, si entran en la industria de la adoración con el objetivo de ganar dinero y acumular fama, entonces su éxito es solo veneno para ellos, ya que los aleja aún más del Señor.
Además, lo que para una persona puede ser una convicción, para otra puede que no lo sea. Así, aunque Frank ha sentido el llamado del Señor a renunciar a las entregas de premios, eso no significa que otros artistas cristianos estén cometiendo un pecado al asistir a esos mismos eventos.
“Lo que creas acerca de estas cosas, guárdalo entre tú y Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo por lo que aprueba. Pero el que duda es condenado si come, porque su comer no procede de la fe; y todo lo que no procede de la fe es pecado”, Pablo explica en Romanos 14:22-23.
Frank sirve como ejemplo para todos los cristianos al mantener sus convicciones y, al compartir sus pensamientos, ha desatado una conversación sobre cómo los cristianos pueden estar en el mundo pero no ser de él — una línea que es extremadamente difícil de acertar pero es una parte importante del camino de la fe.
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